La bifobia o cómo acabar con el monosexismo en los movimientos de hombres


-Escrito por Valeri Esteban ( presidente de Moebius) para la revista AHIGE( revista de la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género) en el nº 81 de abril 2015-

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La diversidad es la principal característica del ser humano. Esta diversidad se ve reflejada en todos los campos humanos y la sexualidad no es ninguna excepción. Esta sexualidad no es sencillamente reproductiva sino que es diversa, compleja, dinámica, con una gran fuerza creativa y debemos dignificarla y darle su papel preponderante en la mayoría de actividades humanas.

Nuestras sociedades patriarcales, machistas y monosexuales ocultan y vetan todo lo relacionado con la sexualidad humana (principalmente la que no se acomoda a los cánones convencionales).

Las orientaciones sexuales como etiqueta ontológica no tienen más de dos siglos y nunca han reflejado nuestra realidad tan diversa y dinámica. Actualmente se buscan etiquetas operativas que sean herramientas para poder buscar un entendimiento y comprensión en pro de una mínimo común denominador que pueda definir de forma general los miles de millones identidades individuales (sexuales). Actualmente (es importante este adverbio de tiempo porque la realidad es dinámica y por tanto cambiante) las orientaciones sexuales pueden ser definidas en 2 bloques: las orientaciones monosexuales (heterosexualidad y homosexualidad) y las orientaciones plurisexuales o no monosexistas ( bisexualidad, polisexualidad, pansexualidad, etc).

La invisibilidad social hacia la bisexualidad provoca que siempre que escribo sobre algún tema relacionado con ella, tenga que empezar con la definición de bisexualidad (esto no ocurre cuando se habla de las orientaciones monosexuales -heterosexual y homosexual-). La bisexualidad es la orientación sexual de quienes sienten atracción sexual, emocional y/o romántica hacia personas de más de un género y/o sexo, no necesariamente al mismo tiempo, de la misma manera, al mismo nivel con la misma intensidad. Existen dos auto identificaciones más (pero no las únicas) dentro de las identidades plurisexuales o no-monosexuales como son polisexual y pansexual y que están íntimamente comunicadas con la bisexualidad. Partiendo de la definición anterior las polisexualidad es la orientación sexual hacia personas de más de dos géneros y/o sexos, pero no necesariamente todos los sexos y/o géneros; la pansexualidad hacia personasde cualquier género y/o sexo.

Es importante diferenciar entre orientaciones monosexuales e identidades plurisexuales o no-monosexuales donde se ubicarían la bisexualidad, polisexualidad y pansexualidad entre otras. La estructura sobre la que se construye la conciencia colectiva (occidental) se cimenta sobre una serie de nociones como son: el machismo, el patriarcado y el monosexismo. Las diferentes corrientes feministas han estudiado y elaborado una extensa batería teórica sobre las dos primeras però el monosexismo, como estructura de opresión, ha pasado desapercibido. El monosexismo es la creencia de privilegio,de las personas con una orientación sexual monosexual (heterosexual u homosexual), y de opresión hacia aquellas personas que no son monosexuales (bisexuales, polisexuales, pansexuales, etc). Por tanto, las personas monosexuales (heterosexual o homosexual) son las personas que siente atracción sólo por personas de un solo sexo o género. La translación de esta dicotomía a la cultura humana genera un sistema binario que sólo contempla conceptos antagónicos dentro de una escala de valores: blanco-negro, bueno-malo, heterosexual-homosexual, etc que cierra la puerta a todo tipo de diversidad que pueda existir entre estos polos o términos contrapuestos o extremos.El monosexismo actuando como una estructura de opresión hacia las personas bisexuales da como resultado la bifobia que podemos entenderla como el conjunto de sentimientos, actitudes y comportamientos negativos hacia las personas bisexuales, presente en todos los niveles sociales a través de la negación, invisibilidad, marginación y exclusión, y cualquier otro tipo de violencia hacia las personas bisexuales y hacia la propia bisexualidad( prejuicios, estigmas, falsos mitos, acoso, violencia física y verbal, etc). La bifobaimpide que en el imaginario colectivo de nuestra sociedad y porsupuesto en los medios de comunicación,grupos de pares, sistema académico, en el arte,asociaciones,etc,existan personas bisexuales que no sean (des)calificadas y denigradas como promiscuas, viciosas, confundidas, en tránsito , etc y se fundamenta en la creencia de que las personas monosexuales son por naturaleza superiores a las personas bisexuales o no-monosexuales.

Las organizaciones o asociaciones civiles no están exentas del patriarcado y del monosexismo. Las asociaciones homosexuales, que por estrategia política han cambiando su nombre por asociaciones LGTB con el fin de ser los únicos interlocutores válidos ante las administarciones públicas, son monosexistas. El discurso, la práctica, sus estrategias (hechas principalmente por hombres homosexuales ) discriminan e invisibilizan a las minorías (trans) que están dentro de sus organizaciones y además a las que no son monosexistas ( bisexuales, polisexuales y pansexuales). En el caso de las personas bisexuales son minorías organizativamente porque no se siente integradas ni representadas en estas organizaciones, cuando estadísticamente son mayoría en la población LGTB, y además no viven estas organizaciones como espacios seguros y de empoderamiento. Estas organizaciones en su esencia y estructura son monosexuales y en estos momentos ya están naciendo colectivos y asociaciones exclusivamente para personas no-monosexuales ( Moebius en Valencia y Enrenou en Barcelona). De la misma forma muchos de los colectivos y asociaciones de hombres en su discurso, estrategia y también en su esencia son principalmente monosexistas. El cambio mal entendido de abrirse a la diversidad sexual de estas organizaciones ha pasado simplemente por comenzar a visibilizar el otro polo monosexual, es decir a los hombres homosexuales, dejando sin referentes en el moviento de hombres a muchos hombres que no se identifican como hombres monosexuales. Esta pérdida importante de potencialidades solo puede ser superado en los movimientos de hombre con un trabajo de reflexión y crítica del monosexismo de la misma forma que se está haciendo dentro de los movimientos feministas respecto al patriarcado, por una visibilización de las identidades no- monosexuales que supongan un acercamiento a las realidades de estas personas y que conlleva a su vez una difusión de referentes positivos de estas identidades.

Es necesario que los colectivos y asociaciones de hombres abran sus organizaciones a todo tipo de hombres y que realmente integran la diversidad afectiva, sexual, de género y familiar sin excluir e invisibilizar a las identidades plurisexuales o no-monosexuales. Es un cambio importante pero no es imposible.

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